Las ideas rocambolescas eran habituales en las mentes de los
constructores en la España de la burbuja inmobiliaria, pero la del
ciudadrealeño Juan Antonio León Triviño y sus socios era un delirio.
Espoleados por el entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato, soñaban
con construir en una estepa de Ciudad Real, a más de 200 kilómetros de
Madrid, un aeropuerto privado de 1.000 millones de euros, con una de las
mayores pistas de aterrizaje de Europa pisando una Zona de Especial
Protección para Aves. Y lo hicieron. [La Noticia]
Fuente: ElDiario.es
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